Estamos viviendo un cambio en las instituciones, lo hemos
visto en la monarquía en España y en el Parlamente Europeo, que ha sufrido un
cambio radical en su composición tras las últimas elecciones europeas.
Y de ahí surge, o debería surgir, la renovación de todos los
partidos políticos, de todos sus órganos de gobierno, se llamen como se llamen
y se elijan como se elijan. El PP y PSOE como llevan más tiempo en el poder,
sus militantes, de todas las escalas son más conocidos; por eso, la sociedad
les exige que cambien todas sus caras.
IU ha cambiado, pero no se le exige tanto, porque no han
estado nunca en el poder y porque tienen en cuenta la opinión de las bases,
bueno eso es lo que se ve desde fuera; lo mismo que les ocurre a los miembros
de otros grupos políticos o asociaciones.
Me voy a centrar en los cambios que se están produciendo en
el PSOE, con la presentación de tres candidatos, pero sobre todo en la persona
de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, “el Kennedy español” o mejor dicho “el Obama
español”.
La principal diferencia entre Kennedy y Obama es que los dos
tenían fotogenia, imagen y carisma; pero Obama aplicó un método más exhaustivo
y además, al igual que los hombres y mujeres de su generación, está mucho mejor
preparado
El método Castejón
Los americanos, que en campañas de venta de candidatos nos
llevan años de experiencia, nada más y nada menos que treinta y pico, desde las
elecciones que ganó Kennedy, saben que el mejor candidato necesita
diferenciarse del resto a través de un método.
El método es diferente para cada uno, pero está basado en
imagen y comunicación, en EE.UU. es muy importante porque al mismo tiempo se
están jugando los apoyos económicos para que esa persona/partido llegué a la
cima. Nosotros lo estamos empezando a aplicar, pero Castejón sabe algo de esto,
no en vano estudio en el IESE un Master en Liderazgo Público, así que antes de
lanzarse a la carretera ya había hecho los deberes.
Pero lo importante no sólo es el método, es que el candidato
tenga buena imagen por dentro y por fuera, pero sobre todo que esté
sobradamente preparado. Vamos a analizar algunos de los puntos que ha aplicado
Castejón, bueno desde mi punto de vista, que no sé si coincidirá con el suyo
(si tengo ocasión se lo preguntare).
- Sobradamente
preparado: al igual que el Rey Felipe VI, Pedro Sánchez tiene estudios, se
ha preparado bien. Sabe inglés y francés, algo que debería ser obligatorio para
todas las personas que quieren acceder a cargos públicos de alta
representación, pero si te lo piden para ser dependiente de una tienda. Conoce
como se trabaja en Europa desde abajo, y eso es bueno para los intereses de
España.
- Sencillamente
arreglado: viste de manera informal cuando toca y atendiendo a los dictados
del protocolo cuando se lo exige su cargo. Además, hay que tener en cuenta que
procura no llamar la atención, es guapo y lo sabe, por eso, intenta no llamar
la atención por su físico aunque sepa sacarse el mejor partido.
- Discreto pero
notable: ser discreto no es lo mismo que ser tímido, las personas discretas
no pasan desapercibidas, porque es una cualidad asociada a la elegancia.
- Un hombre
de altura y guapo: no tiene que ver con los centímetros que mida, que por
cierto son muchos sino con su presencia, su porte, con lo que es. Tiene una
bella atemporal, una belleza de los hombres de las películas de vaqueros pero
matizado con la dulzura y delicadeza de los metrosexuales; fuerte-tierno, algo
que le hace etéreo como un Dios Griego.
- Contacto
visual: los ojos nunca mienten, nos permite saber si una persona es sincera
o nos está mintiendo. Los buenos oradores controlan el mensaje visual con su
público. La comunicación no verbal soporta casi el 80% del discurso.
- Juego de
las manos: las palabras las aderezamos con nuestros movimientos, con su
frecuencia e intensidad. Pero también delatan la rigidez y tensión. Por eso,
hay que utilizarlas para dar emotividad al discurso, algo que sabe muy bien
Castejón.
- La
improvisación calculada o cómo ser “cool” y parecerlo: para saber
improvisar hay que estar muy bien preparado. Los discursos cortos son los que
más deben repetirse, porque son en los que más nos jugamos. La palabra “cool”
significa estar tranquilo y parecerlo; eso sólo se consigue con horas y horas
de preparación, en tener muy interiorizado tú discurso y tus ideales.
- Saber
escuchar: se aprende más escuchando que hablando, por eso, Castejón lo tuvo
claro, tomó carretera y manta y ha conseguido muchos apoyos porque no se ha
bajado del coche ni después de presentar su candidatura. Las bases son las que
te pueden hacer grande o no.
- Individual
para el colectivo: se ha dicho de él que es “hombre de partido” que es
parte de la “estructura del PSOE”, algo que ha desmentido siempre. Promueve su
nombre y su persona por encima de todos, aunque sabe que llegará el momento en
el que tenga que contar con un equipo, con un colectivo, pero ahora no es el
momento.
- Ceder
para ganar: si tuviera que sacrificarse para que gane la mayoría está
preparado para asumirlo. A todos nos enseñan a ganar, pero deberían enseñarnos
a perder, a saber esperar nuestro momento; y en un mundo competitivo como el
nuestro a eso no se nos enseña.
- Ganarse la
admiración del rival: los otros partidos políticos, sobre todo desde las
filas del PP, han empezado a criticarle, la táctica de acoso y derribo al rival
más fuerte. Cuando alguien sobre sale, y nos puede hacer daño, lo mejor es quitárnosle
del medio, veremos a ver quién gana; lo
que deberían hacer el resto es buscar un rival igual o mejor que este para
contrarrestar su poder.
Podría seguir hablando de su método, porque utiliza muchas
otras técnicas de comunicación y marketing, pero como todavía dará mucho que
hablar, prefiero dejarlo para otro artículo.
Mientras tanto, esperaremos sí Castejón es sólo una cara
bonita o algo más, ahora toca demostrarlo.
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