Ya lo anticipé hace algunos meses cuando se estrenó el piloto de la nueva serie de Globomedia y Atresmedia. Las cosas estaban cambiando en la ficción española desde hacía algún tiempo y había llegado el momento de no hacer tele para la señora de Cuenca. Por cierto, que lo de la señora de Cuenca se usa para referirse al mal hábito televisivo de querer hacer productos que gusten a niños, bebés, adolescentes, adultos, abuelos y tatarabuelos, en resumen, que le guste a cualquier señora de Cuenca.
Evidentemente hay cosas que han ido de relleno y lejos de tener a dos niños pedantes dando por el ojete veinte minutos, en Vis a Vis todo ha sido bastante más cuidado, y quizás chirrie un poco la trama entre Rizos y Maca donde se pasa de la heterosexualidad a la homosexualidad en cuestión de minutos.
Debo destacar las tramas principales, definidas y bien marcadas desde el principio, que han hecho sufrir a todos y cada uno de los personajes, y para los que hemos visto transformarse, principalmente en la familia de la reclusa. Y no les ha temblado el pulso a la hora de matar a personajes, ni darlos palizas, secuestrarlos...
Parece que los creadores españoles hemos sabido ver como explotar las relaciones familiares, porque al final eso es lo que importa, lo que une a un chaval de 15 años y a la señora de Cuenca, todos tienen familia y no habría cosa que hicieran por ella. Y aunque reconozco que las quitadas de camiseta ayudan a levantar (entre otras cosas) el share, en Vis a Vis han estado casi todos bastante justificados.
¿Qué quedan cosas por mejorar? Por supuesto, y para empezar la duración del capítulo, sin olvidarnos de la inserción publicitaria respetuosa, sin romper el ritmo y, a ser posible, cuando los guionistas lo marquen. Sé que sueño demasiado, pero si copiamos cosas de la tv americana y en su mayor parte nunca lo bueno, quedémonos con lo que hacen muy bien, que es mantener en alto siempre la serie.
Espero que la segunda temporada sepa continuar con lo que han empezado y continúen mejorando.
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