La politización de los medios y el despido de Ana Pastor

La politización de los medios y el despido de Ana Pastor

La televisión en nuestro país, al igual que todos los medios de comunicación (e incluso otras empresas de diferentes sectores), está politizada. Ya no sólo hablo de los canales autonómicos o de Televisión Española, las cadenas privadas tampoco se salvan.

Evidentemente, si un partido político llega al poder y su ideología dista 180º de los anteriores mandatarios, es entendible que en las empresas en las que tiene poder, es decir, las televisiones, nombre a cargos de su confianza, de su signo político o afines a sus ideologías. Y esto no es algo que sólo lo hacen los partidos de derechas, los de izquierdas, o de arriba o abajo: Lo hacen todos.

Me sorprende que se genere tanto alboroto porque una periodista haya sido cesada y que aparezcan seguidores hasta debajo de las piedras, cuando el programa jamás ha pasado del medio millón de espectadores. Y me sorprende mucho más que no se diga ni media palabra sobre el resto de trabajadores de RTVE que van a la calle pero que son "de los que no se ven", de los de detrás de las cámaras.

Vaya por delante que no tengo nada en contra de Ana Pastor, no creo que sea ni una excelente ni pésima periodista. Creo que es una periodista, con un perfil válido para estar frente a una cámara y que ha sabido buscar su estilo. Un estilo basado en el ataque directo, por exigir que se respondan a sus preguntas de forma agresiva.

Esta forma de hacer televisión la ha llevado a convertir en una heroína para unos e indeseada para otros; en intransigente o permisiva... En resumen, que se hable de ella a pesar de que no se la pueda tachar de informadora imparcial, como ningún periodista que trabajó en la era Aznar en RTVE, ni en la era Zapatero, ni en El Mundo, ni El Pais...

Por tanto, todos los mensajes, twits, publicaciones en Facebook que en pro de la independencia de los servicios informativos se rasgan las vestiduras llorando el cese de Ana Pastor, están fuera de lugar. Igual que lo hubieran estado cuando cesaron al personal responsable de informativos hace dos legislaturas o, en un futuro, cuando el partido que gobierne sea de distinto color al actual.

Lamentablemente que un medio de comunicación, sea cual sea, esté controlado directa o indirectamente por políticos, es el verdadero error que debería solucionarse con la privatización de, en este caso, RTVE (léase también autonómicas). Algo que no ocurrirá a corto plazo y dudo ocurra a largo. Al fin y al cabo, ¿qué político prescindiría de su cortijo donde sólo se hable de él y lo bien que hace las cosas?

Dejémonos de actuar como los abogados del diablo. Al fin y al cabo nadie nos lo va a agradecer. Ni siquiera Ana Pastor, a la que seguro que ofertas de trabajo no la faltan.

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