Cuando a los gurús de la tecnología se les ocurrió poner un ordenador en cada casa, rápidamente las empresas informáticas se pusieron manos a la obra para llevarlo a cabo. IBM se apresuró a lanzar su equipo doméstico bajo el nombre de IBM PC, y desde aquellos locos años 80 hasta nuestro recien comenzado siglo XXI, el frenético avance de los ordenadores ha pasado de ser pesados y complejos aparatos con limitadas capacidades de cálculo a pequeños smartphones capaces de realizar millones de cálculos en una décima de segundo.
Quizás esta premisa tenga poco de interesante, pero si le añadimos el hecho histórico de que una empresa pequeña realizó el primer ordenador compatible con el IBM PC, la historia cambia un poco, y sobre todo porque un gigante como IBM no permitió (en la vida real) y va a permitir (en la serie) que unos "recien llegados" les roben su protagonismo y, por supuesto, las ventas.
Así comienza Halt and Catch Fire, una historia en la que una pequeña empresa de Texas, que se ha dedicado toda su vida a vender equipos de oficina contrata a un ex-empleado de IBM y éste pretende lanzar un PC similar al de IBM, pero mejor y más barato.
Un ingeniero de la empresa tejana "Cardiff Electric", se encarga de la creación del equipo y del análisis de la BIOS, el código que hace que el ordenador sepa manejar los dispositivos conectados y cargar el sistema operativo. Este "análisis" de la BIOS es realmente la historia que ocurrió en la vida real, teniendo a COMPAQ como protagonista.
Como es lógico IBM se persona en Cardiff Electric para reclamar lo que es suyo con las consabidas amenazas de demandas por plagio, uso de ingeniería inversa, etc., pero el plan de nuestro protagonista pasa por usar la técnica de habitación limpia, esto es, que el ingeniero que copió el código haga una memoria de los requisitos del proyecto y ésta información sea pasada a otros ingenieros que jamás hayan visto el código original para que lo desarrollen por su cuenta.
Vistos los primeros cuatro capítulos hay que decir que la serie en sí no ofrece más que la historia aderezada con unos personajes demasiado histriónicos o quizas vitaminado en exceso, aunque quizás la ficción no alcance a lo que realmente ocurriera, pues a fin de cuentas todos los informáticos son un tanto peculiares.
Esperemos que esta gran apuesta de AMC mejore con el paso de capítulos y sea capaz de atraer a gente no teleco o informático. Como de lo segundo algo me toca, seguiré consumiendola.
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