El barco llega a tierra

El barco llega a tierra
Antena 3 lleva anunciando el regreso de una de sus armas para la temporada otoño-invierno de 2012: El Barco. Serie que ha sufrido más bajones que subidillas a lo largo de sus emisiones y es que, que me perdonen sus fans, la serie hace aguas desde el principio.



Se oye, se dice y se comenta, que tanto Globomedia, productora de la serie, como Antena 3 no quería desprenderse de una serie como El Internado, pues la jugada les había salido bastante bien. Una serie de género, y con un argumento bien construido, que en sus primeras temporadas habían hecho gala de no tener más de 7 u 8 capítulos pues suponía un gran esfuerzo sacarla adelante (aunque nunca dijeron que esos 7 capítulos de 70 minutos equivaldrían a 13 de 42 minutos) que vió como sus tramas se alargaban hasta el infinito para prolongar lo inevitable.

Cuando finalizaron la serie, ambas empresas se aventuraron a vendernos otra serie que sería su reemplazo, El Barco, también de misterio -siempre según sus promos y notas de prensa- y que partía de una premisa realmente atractiva. Y es que tras la puesta en marcha del acelerador principal del CERN se producía un accidente que borraba sobre la faz de la tierra todo resto de vida humana, salvo los pasajeros de un barco-escuela que de forma programada debían estar en ciertas coordenadas a la hora convenida. Y hasta aquí la trama de la serie.

Luego la historia ha dado para contar muchas tonterias, vendernos un par de varias relaciones amorosas, lo que en el argot sería TSNR (tensión sexual no resuelta) pero elevado a la enésima potencia, y mostrarnos los pectorales y pechugas de los actores. Y es que, a ver, puestos a ser mojabragas, ¡qué mejor que hacer que los protagonistas compartan duchas!

La serie ha pecado además de contar historias de tipo procedimental que no servían para nada más allá que sumar capítulos y enseñar pechos. Como si de un caso de Expediente X o CSI se tratase, sólo que en lugar de tener algo de interés, el detonante era que atacaban unos pájaros y que, por obra y gracia de no se sabe el qué, en el minuto 78 del capitulo, desaparecieran. O cuando se dirigian a un acantalido y se ataban para permancer en vertical...

Pero también hemos tenido otras cosas curiosas como que el Barco fue años atrás un buque en el que se realizaron experimentos (¿alguien dijo Internado?), la existencia de una persona oculta en el pasaje, que la comida llegase flotando puntualmente cada semana (¿Estará la iniciativa Dharma detrás?), las operaciones para curar un cancer en lo que parece un hospital...

La mayor incógnita de todas es dónde está la fuente inagotable de botellas de Coca-Cola, la leche Gaza o los huevos frescos, pues no se gastan nunca. Estaba claro que no podrían mantener la historia de un barco único en el mundo y sin tierra firme, pues de alguna manera deben subsistir o dar explicación a las formas con las que se proveen de alimentos. ¡Si es que los personajes desayunan, comen y cenan más que la famila de Nacho Martín o Diego Serrano!

La duda que me asalta es si sabrán los guionistas salvar sus posaderas y dar una explicación convincente a todas las dudas que han ido generando en las temporadas anteriores y si, para evitar estas explicaciones, en medio speech de Mario Casas, éste se quitará la ropa en plan striptease, arrancará el uniforme a Blanca Suarez y dirá "¿a quién le importa todo eso? ¡Mirad que carnaza!"


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