Adios Lolita, adios...

Adios Lolita, adios...

Poco le ha durado a Antena 3 la serie cabaretera de Natalia Verbeke, de la que hablamos hace unas semanas. Y ya son varias las series de Globomedia que no renuevan en Atresmedia en el último año. Se fueron El Barco, Luna y ahora Lolita.

Los seguidores de mi blog sabéis que me gusta la ficción española, aunque debo decir que estas series canceladas olían a cancelación a medida que iban transcurriendo capítulos. Lo siento, y mucho, pero explotar el costumbrismo mezclándolo con el fin del mundo, con hombres lobo y ahora con un cabaret, ya no funciona.

Los espectadores están cansados de los roles habituales, familia mas o menos poblada, con niños incluídos, abuela o señor mayor dando la lata, donde forzar la situación para que el pseudo-modelo-actor (o actriz) enseñe palmito (si ya lo haces en un cabaret te ahorras multitud de giros de guión infumables) y sea el objeto de los más oscuros deseos de una (o un) menor de edad y si son primos, hermanastros o se encuentren emparentados aunque sea de forma poco formal. Da igual, el pechito y el culito que no falte!

El público pudo tragarse Los Serrano, sí, pero la misma historia mil y una vez no cuela. Y aquí han explotado tanto los mismos roles, los mismos personajes e incluso los mismos actores -con acento gallego que así debe ser te ries más- que no sabes si el personaje se llama Andrés, Pepe o Fiti. Da igual, el tener mentalidad rústica es lo que vende!

Sé que Globomedia es capaz de hacer cosas mucho mejores. Ya lo han hecho antes con cosas como Punta Escarlata, por ejemplo. Y no sé si pensar que es tanto de la productora o del famoso "Delegado de Contenidos de la cadena" tan importante en los productos españoles y que, según parece, debe estar por encima del bien y del mal, poniendo o quitando cosas que a su entender puedan hacer perder audiencia o peor aún, reducir el target a un grupo que no tenga niños o abuelas.

Lolita pasará a la historia sin pena ni gloria, una copia más de lo mismo, con sus 80 minutos, tratando al espectador por un eterno idiota incapaz de pensar por sí mismo y al que le tienen que dar todo mascadito, no vaya a ser que el público dude de si un personaje es o no transexual y, para evitarlo, haya que hacerlo miccionar en un urinario en los primeros minutos de la ficción para reafirmarlo haciendo chistes de nivel párvulo...

El público quiere calidad y que, de una vez por todas, en España, se cree la figura de showrunner de verdad y no ese sarao entre cadena y productora donde al creador y guionista se le aparta a segunda o tercera regional. Ya no quiero ni imaginar que cuando un producto fracasa seguro que toda la responsabilidad cae sobre los pobres escritores y (aunque espero que así no sea), algún iluminado diga: "te lo dije, más desnudos, mas abuelos irónicos y mucha, mucha leche Puleva en los desayunos, que en esta serie se desayuna poco y las tramas se lían mucho. Al sobrino lo enrrollas con la tía que habla con acento gaditano y lo aderezas todo con dos o tres chistes de Falete".

Algún año lo conseguiremos...

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