Llevamos dos semanas hablando del presidente francés, François Hollande, y no precisamente por su política económica, por el desarrollo de su país, o por cuestiones de seguridad. Bueno de seguridad y protocolo sí que estamos hablando, aunque muchos se fijen más en las faldas y encantos de todas las implicadas.
Para el Protocolo se presenta un gran reto, primero porque permitieron que Hollande viviera con su pareja sin estar casados, ni tener ningún documento firmado que les acreditará como “pareja de hecho” o similar, y ahora la decisión es, sí una vez que se ha creado precedente, ¿le permitirán que sustituya a su pareja desde el 2007 por su amante desde hace dos años?, todo según las informaciones publicadas en “Closer”, que es el medio que ha destapado el asunto. Es decir, que si las fechas cuadran ya eran amantes antes de que él fuera presidente de Francia.
Vida privada vs Vida pública
Y es que como dice el refrán “dos son compañía y tres son multitud”. Hollande no es un hombre agraciado físicamente, y según algún que otro medio de comunicación ni siguiera es carismático ni inteligente, pero ha sabido rodearse de mujeres con un gran potencial, tanto físico como profesional, y eso le ha ayudado en determinados momentos de su carrera.
Con Ségolène Royal, su primer pareja (Hollande nunca ha llegado a casarse) tuvo cuatro hijos. Los dos eran afiliados del mismo partido, y él siempre estaba a la sombra hasta que llegó la ruptura y se enfrentaron por presidir el mismo partido. Él no ganó porque fuera el mejor sino porque Ségolène tenía muchos enemigos. Los cuatro hijos de la pareja estuvieron ausentes de su toma de posesión como Primer Ministro francés.
Valérie Trierweiler ha sido la pareja de Hollande desde 2007 hasta ayer, los de Wikipedia ya lo han actualizado, que rápidos son estos chicos. Es periodista y una de las principales artífices de que François llegará al Eliseo porque se convirtió en su asesora de imagen y le ayudó con la oratoria de sus discursos, bueno eso es lo que dicen las malas lenguas. Una mujer fuerte e inteligente que ha estado ingresada dos semanas por “un ataque de tristeza”.
Ella le acompañó como “Primera Dama” el día de la toma de posesión, pero sólo ocupó un lugar destacado en la ceremonia “privada” en la que despidieron a Nicolás Sarkozy y Carla Bruni, en la ceremonia pública ella estuvo en un segundo plano y en varios momentos de la misma no le acompañó porque no lo permite el protocolo, aunque ya veremos que no siempre se cumplió.
Pero la que desde hace dos semanas acapara la mirada de todo el mundo es Julie Gayet, una actriz y productora de 41 años de edad, que según la información del periódico “Closer” tiene un romance con Hollande desde hace dos años, el tiempo que lleva como presidente. Algunos dicen que es una conspiración de Sarkozy, pero la cosa puede ser más complicada.
Ella era amiga íntima de su primera pareja, Ségolène, y se conocían desde hace mucho tiempo. Es guapa y carismática, y está bien posicionada. Además, está a punto de presentar su película Âmes de papier (Almas de papel), un título premonitorio, y esta promoción le viene muy bien (Mejor que hablen de mí aunque sea mal). A lo mejor se trata del típico caso del “cazador cazado”.
Así que Hollande es un animal atrapado, ya que le “pierden” las mujeres guapas e inteligentes. Y es que como dice Carlos Fuentes, en su obra “La silla del águila”, “la política no es más que la expresión pública de pasiones privadas”.
El Protocolo no entiende de amor y pasión, sólo de papeles
Una vez que os he puesto en antecedentes, sí ya sé que me enrollo como las persianas, os hablaré de la importancia de con quién se acuesta el presidente, sea o no un asunto privado. Porque Hollande es soltero para el Estado aunque tenga pareja.
En protocolo nadie puede ejercer un cargo sin tener un “papel” que le acredite para ello, y eso afecta también a las parejas de los cargos públicos. En muchos eventos no se invita a la pareja, sea hombre o mujer, si no tenemos un documento que diga tal cosa; es decir, sino están casados por lo civil, por cualquier religión o incluso si están inscritos en el registro de parejas de hecho. Pero en Francia el asunto se les fue de las manos y consideraron a Valérie Trierweiler como “Primera Dama” aunque Hollande nunca se ha casado.
Así que su relación, al tratarse de algo privado, no debería haberse tenido en cuenta en asuntos protocolarios desde que accedió al poder, así que ahora su protección del derecho al honor, la intimidad y la propia imagen quedan algo mermados.
Pero es más en el siglo XXI ya nadie ostenta los títulos de “su consorte”, los cargos se adquieren por reconocimientos o por elección. Las mujeres ya no “presumen” de ser la “señora de…” ni los hombres de ser el “señor de…”. Un va o no a un acto por méritos propios, por tener un documento que lo acredite para tal cargo o por representación….todo esto lo ampliaré en otro momento, que ahora no viene al caso.
La decisión de anunciar tan rápidamente su ruptura sentimental no ha sido tomada por el propio Presidente de Francia sino por sus servicios de Protocolo y seguridad, ya que dentro de diez días tenían que viajar a EE.UU. de viaje oficial, y estaba previsto que ella le acompañará en varios actos oficiales, como había hecho hasta ahora.
Y por mucho que le pese a François debería seguir soltero y sin acompañante oficial por lo menos hasta que termine esta legislatura o bien casarse, pero creo que es algo que no le va…no sé porque me da. Y lo digo para no complicar más las cosas a sus empleados, porque el Protocolo no entiende de pasiones, así que sí el Presidente tiene necesidades fisiológicas tendría que cuidarse muy mucho de dónde, cómo y con quién las aplaca, ya que no le van a dejar ni a sol ni a sombra.
Y ¿qué hace un presidente cuándo está soltero y sin compromiso, pero tiene alguna que otra amiga? Los servicios de Seguridad le dirían que ellos se encargan de llevar a la chica a un sitio, los de Protocolo que no existe un sitio lo más discreto posible, y los de Comunicación intentarían o bien ocultarlo (algo difícil en los tiempos que corren) o bien sacar partido de ello.
Pero lo más preocupante para los ciudadanos es “sí ha sido capaz de mentir a su pareja, porque va a querer decirnos la verdad a nosotros”, esto ya le pasó a Clinton que un puro le costó su carrera político, y no porque fuera Habanos que tiene prohibido como estadounidense comprarlos, sino por hacer un uso incorrecto del tábaco.
Para más del 70% de los franceses, según las encuestas, las infidelidades de Hollande les dan igual, y yo me pregunto ¿por qué se juzga diferente a un Presidente de República que a un Rey por cometer el mismo “delito”, perderse detrás de unas faldas?