Por desgracia llevamos más de una semana escuchando historias sobre el accidente del vuelo 4U9525, de la compañía Germanwings, que cubría la ruta Barcelona-Düssesldorf.
Como ocurre en este tipo de siniestros, los medios de comunicación de todo el mundo se volcaron en la noticia, primero por la envergadura de la tragedia, con 150 muertos, y en segundo lugar porque presuntamente fue un acto intencionado.
Pero en esta entrada me gustaría destacar la importancia del protocolo en eventos que tienen que ser organizados de forma presurosa, pero no por ello menos profesional y organizado. Y por cierto, me gustaría destacar que Francia se ha volcado en que todo salga bien desde el punto de vista protocolario, a pesar de tratarse de actos luctuosos, en los que los protagonistas preferirían no estar.
Visita de Estado
Antes de la organización de gabinetes de crisis, ruedas de prensa y homenajes el primero de los actos que se vio afectado por el accidente de Seyne-les-Alpes fue la Visita de Estado que los Reyes de España iniciaban ese mismo día a la República Francesa, y que tenía previsto que durará tres días.
Una Visita de Estado lleva detrás una preparación larga y meticulosa, y más en esta ocasión ya que era la primera que realizaban Felipe VI y Doña Leitizia al extranjero. En ellas se miden hasta los detalles más pequeños, pero después del trabajo y el esfuerzo realizado por ambos países, tuvieron que reunirse en el Palacio del Eliseo, donde ya estaban los Reyes de España, para decidir si seguían o no adelante con la agenda programada. Después el Rey y el presidente de la República presentaron sus condolencias a las familias de las víctimas, en su mayoría españolas, alemanas y turcas.
Para esta Visita de Estado el Gobierno de España había concedido varias condecoraciones al presidente de la República, al primer ministro y otras autoridades con las que iban a reunirse, a su vez el gobierno francés concede condecoraciones similares a las autoridades españolas que se desplazaban con los Reyes. Para que sean efectivas tienen que publicarse en el BOE, apareciendo el mismo día en el que comienza la visita, el 24 de marzo.
Los Reyes tenían previsto inaugurar, en el Grand Palais, una exposición dedica a Velázquez; además, la visita incluía una cena en el Palacio del Elíseo con el presidente Hollande y unos 350 invitados más, y Felipe VI daría un discurso ante la Asamblea Nacional francesa. Como dato curioso el sequito se alojaría en un hotel de cuatro estrellas, ya que no existe ningún palacio oficial para las Visitas de Estado como ocurre en España.
Cuestión de Banderas
Una vez cancelada la Visita de Estado y formado el Gabinete de Crisis en Francia, ya que la localidad donde se estrelló el avión está en los Alpes franceses, lo siguiente que se hizo, desde el ámbito oficial, es montar un dispositivo para recuperar los restos de avión, tanto personas como objetos materiales ya que todo es importante.
En España también se creó un Gabinete de Crisis que está liderado por Soraya Sáenz de Santamaría, y se han decreto tres días de luto oficial, lo que implica que las banderas luzcan a media asta y con crepones negros. Pero los máximos dirigentes de Alemania, España y Francia ofrecieron una rueda de prensa conjunta y analizaron desde el terreno los primeros pasos que se habían dado en Seyne-les-Alpes.
Déclaration commune avec Angela Merkel et... por elysee
La compañía
Al mismo tiempo Lufthansa, compañía que fletaba el vuelo, ha creado su propio gabinete de crisis, estableciendo varios puntos de atención, para los familiares y los medios de comunicación: el primero de ellos en la localidad de Seyne-les-Alpes, que es la más cercana al lugar del accidente y en España el Hotel Rey Don Jaime, de Castelldefels, con el fin de atender a los familiares de las víctimas y tenerlas localizadas.
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, ofreció un comunicado apostando por la seguridad de su empresa. Pero al mismo tiempo atendió a los medios en Alemania, España y Francia con el fin de remarcar que no se escondían y que atenderían las peticiones oficiales y de familiares hasta que estén resueltas las causas del accidente.
Al mismo tiempo han establecido una cuantía de unos 50.000 € por cada una de las 150 personas que iban en el avión, independientemente de las indemnizaciones que se establezcan a nivel judicial.
Operativo en el lugar del accidente
La localidad de Seyne-les-Alpes se convirtió el 24 de marzo de 2015 en el centro de todas las miradas del mundo, ya que es la más cercana al lugar de la tragedia. Y a pesar del dolor y la repercusión generada, lo primero que han hecho sus habitantes es ofrecer, de forma desinteresada más de 400 habitaciones y manutención a las familias de las víctimas.
En menos de una semana las autoridades francesas ya han colocado un monolito en homenaje a las víctimas y están estableciendo un corredor en la montaña para que se puedan bajar más rápidamente los restos del vuelo 4U9525, pero también para que el que quiera visite la zona del siniestro después de que quede despejada la zona, a eso le llamó yo efectividad y eficacia.
Pero claro siempre tiene que aparecer el “tonto de turno” a tocar las narices. El monolito lleva una inscripción en alemán, español, francés e inglés, pero Arturito (siempre Arturito) ha pedido que también lo pongan en catalán. Le recuerdo que la nacionalidad de la mayoría de las víctimas es la española, sean de Cataluña, Galicia o Madrid, y por tanto, los franceses han elegido la lengua oficial.
Ahora sólo falta que lleguen los ecologistas y digan que dejen de cortar árboles en la zona y que están atentando contra la naturaleza. Estoy a favor del cuidado de la naturaleza, pero en ciertos momentos tiene que primar el sentido común, que debería ser el más común de los sentidos.
Como conclusión diría que el protocolo, tanto oficial como empresarial, en todos los actos que han tenido que organizarse entorno a este siniestro han estado muy bien organizados y coordinados, pero para que esto suceda tiene que haber detrás personas preparadas con un Plan B u operativo de crisis, que ya ha sido previamente estructurado por si hubiera que aplicarlo.
Aunque lo mejor sería no tener que aplicarlo más.