Quedamos en La Moncloa

Quedamos en La Moncloa

La semana ha sido intensa en La Moncloa, muchas idas y venidas, muchas fotos y charlas, y es que la cosa es seria, muy seria.

Hasta donde llega el asunto que incluso el Presidente del Gobierno se ha reunido con los representantes de los dos partidos emergentes, que no tienen representación parlamentaria ni en el Congreso ni el Senado. Aunque si tienen representantes en Cataluña, y es que la cosa viene de aquellos lares.

Durante la última legislatura Mariano Rajoy no ha usado mucho la comunicación, ni con los ciudadanos ni con el resto de partidos políticos, pero ante la gravedad de los acontecimientos ha dado su brazo a torcer. Algunos dirán que es una estrategia electoralista (pero las elecciones catalanas se han celebrado cuando se han celebrado), otros que no tiene competencias (y las tiene todas, porque representa a todos los españoles, incluidos los catalanes y los que le hayan votado o no), incluso señalan que utiliza los tribunales a su antojo (a mi entender los tribunales son un paso más, que no el  único, y si el señor Mas y sus “esbirros” no entiende de otra forma pues habrá que utilizarlos).

 Sea como fuere, el lunes el centro de atención de todos los medios de comunicación, los partidos políticos y el mundo tendrán sus ojos puestos en la declaración independentista de Cataluña sin atender a las leyes vigentes, ni respetando la opinión de la mitad de los ciudadanos de esa comunidad autónoma.

Existente mecanismos para “imponer” las leyes vigentes, pero el Protocolo lo que hace es intentar que “no llegue la sangre al río” y que los cambios se realicen desde dentro. Es verdad que es más lento y eso parece que a Mas y sus “amigos” no les sirve, tienen prisa por hacer los cambios a su manera, porque se han dado cuenta que están perdiendo el apoyo de los catalanes a pasos agigantados.

Cese del General

Otra noticia que ha llamado la atención esta semana es la inclusión en las listas de Podemos del exgeneral José Julio Rodríguez Fernández, al que yo siempre recordaré como el militar que estaba al lado de Carme Chacón cuando ella decidió saltarse el Protocolo del Día de la Pascua Militar y se puso unos pantalones.

Me parece bien que si comparte las ideas de Podemos decida presentarse en sus listas, pero después de tantos años ejerciendo el control sobre su forma de actuar y trabajar (uno no llega a Jefe del Estado Mayor así como así) debería haber sabido medir su incursión en la vida civil, que es más “bélica” que la del ejercito.

Ayer fue cesado en el Consejo de Ministros “por falta de confianza” y él les acusa de partidistas en su twitter, que creó el jueves, cuando todavía era militar. Los militares y Cuerpos de Seguridad del Estado no pueden ejercer su libertad de expresión como el resto de ciudadanos, ni tienen derecho de huelga; entre otras cosas.

Algunos de sus compañeros ya han salido a la palestra para reprocharle su decisión personal y comparándole con algunos de sus compañeros de partido. Creo que primero tendrá que demostrar cómo va a ser su incursión en la política y después deberíamos juzgarle, porque por ahora no le ha dado tiempo a casi nada. 

Tanto en uno como en otro caso tendremos que esperar que al final prime el sentido común y la cordura, respetando siempre las ideas de los otros e introduciendo cambios, pero siempre avalados por la legislación  vigente y sin menospreciar las ideas de los otros. 

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